Dejas atrás Plaza Cataluña, bajas por Las Ramblas, en la casa natal de Manuel Vázquez Montalbán, se abre una puerta. Imagina que un cocinero gallego, Manuel Núñez, te coge de la mano, te sonríe, te sienta a su mesa, y te propone un diálogo con cuchillo y tenedor. Estás en Barcelona, pero también en las rías gallegas.